Habilidades de un líder-Interés por la gente
Es difícil encontrar un gran
líder que no tenga la habilidad para relacionarse con las personas en las que
influye. Esta es la habilidad más importante del liderazgo. Sin ella una
persona no puede dirigir eficazmente.
Antes de
siquiera pensar en dirigir a un grupo, un líder se debe interesar por ellos; las personas no se motivan por las estructuras
organizacionales o los títulos, la gente responde a la gente. El que
influye en otros solo para que lo sigan es un líder con limitaciones.
El trato con la gente es el mayor reto al que se enfrenta una persona
en su vida, sobre todo cuando este trato involucra aspectos como la autoestima y
la seguridad en sí misma de las personas con las que se interactúa. Podemos ganar más amigos en dos meses interesándonos
en ellos, que los que podríamos ganar en dos años tratando únicamente de
interesarlos en nosotros. No importa si se trata de un empresario, de un
empleado, un contador, una ama de casa, un arquitecto o un ingeniero todos tendrán
las mismas dificultades en el trato con la gente; aún en áreas tan técnicas
como la ingeniería o la arquitectura, solo alrededor del 15 por ciento del éxito
se debe al conocimiento técnico, y el 85 por ciento restante tiene que ver con la
habilidad en las relaciones humanas, con la forma de atraer y tratar a las
personas, a los contactos que tengamos, en resumen, a
la personalidad y la capacidad para tratar con los demás; hay un refrán
que dice que una persona que no sabe sonreír no debería poner una tienda;
entonces ¿no creen que es una habilidad básica que todos debemos desarrollar?.
El interés en el trato a los demás debe ser real, no
fingido, tener un interés sincero en
los demás no sólo nos traerá más amigos, sino que también puede crear lealtad a
un negocio por parte de los clientes; si se quiere convencer a una
persona para que nos acompañe en el logro de una visión o en la búsqueda de un
objetivo, primero debemos convencerlo de nuestro interés por él y por sus
necesidades.
Todos tenemos necesidad de algo,
reconocimiento, compañerismo, comprensión, apoyo, el deseo de sentirnos
valiosos. ¡La gente quiere sentirse importante!,
el líder que influye a otros para conseguir su beneficio personal, solo está
manipulando; el líder que los influye y desarrolla para lograr un beneficio
mutuo y para que, a su vez, ellos dirijan a otros, está motivando, y se
convierte en un líder sin límites.
Es motivante encontrarse con un
líder en el que la gente confía y al que siguen pero es más motivante encontrar
y colaborar con un líder que se interesa en la gente, la desarrolla y confía en
ella. Cuando ambas situaciones se combinan, el resultado es confianza y
lealtad. Mientras más confianza tenga la gente en el líder, más dispuestos
estarán a aceptar y alcanzar los cambios propuestos por él. La confianza y la
lealtad es lo que mantiene a los seguidores y a los líderes unidos.
De manera natural las personas se
inclinan a relacionarse unas con otras de acuerdo a la afinidad en su
personalidad y temperamento, pero esto no determina su habilidad para
relacionarse. Hasta la persona más introvertida puede aprender a desarrollar
buenas relaciones; y esta habilidad se puede aprender y mejorar.
Consejos para mejorar el trato con la gente.
Sonreír, las acciones dicen más que las palabras, una sonrisa significa me
gustas, me causas felicidad, me alegro de verte, me caes bien, pensemos en el
mejor amigo del hombre, porque se ha ganado esta fama, porque cuando nos ven
brincan como locos, se alegran de vernos, nos demuestran que son felices de
vernos.
La gente que sonríe, trabaja, enseña y vende
con más eficacia, y ayuda a crear ambientes más agradables. Es preferible
emplear a un vendedor sin experiencia que tenga una agradable sonrisa, que a un
doctor en filosofía con cara de pocos amigos.
Empatía, siempre hay una razón por la que las personas actúan como lo hacen;
tratemos sinceramente de ponernos en su lugar; "¿qué pensaríamos; cuál sería
nuestra reacción?, ¿por qué no cerramos los ojos y tratamos
de ver las cosas desde su punto de vista?, esto no es sencillo y nos
puede llevar tiempo acostumbrarnos, pero nos ayudará a obtener mejores
resultados en nuestro trato con la gente y con menos fricciones. Uno de los secretos del éxito, es la capacidad para
apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde su punto de vista
como si fuera el propio.
¿No les
gustaría tener una frase mágica para detener las discusiones, eliminar malos
entendidos, crear buena voluntad y hacer que nos escuchen atentamente?;
entonces, cuando haya una situación de conflicto, comencemos diciendo, ¡no lo culpo por
sentir y reaccionar como lo hizo, si yo estuviera en su lugar, lo habría hecho de
la misma manera!
Escuchar, en una conversación, sobre el tema que sea, es muy importante poner
atención exclusiva a la persona que habla, como si no existiera nadie más en
el mundo; la persona con quien hablamos está cien veces más interesada en ella
misma, en sus necesidades y problemas que en nosotros; hay que animarlos a que hablen de sí mismos y cuando sea nuestro turno hay que hablar de lo que les interesa a ellos y cómo conseguirlo. Si alguien se interesa en ayudarnos a
resolver nuestros problemas no tendrá que esforzarse mucho por convencernos
para avanzar en una dirección, lo haremos nosotros mismos.
Dejemos que hable la otra persona, ella sabe más que nosotros sobre sus
problemas y necesidades, hagamos preguntas, dejemos que nos explique; no la
interrumpamos, pues no nos prestará atención mientras tenga todavía ideas que
quiera expresar, escuchemos con paciencia. Hasta nuestros amigos prefieren hablar de sus asuntos antes que
escucharnos hablar de los nuestros, entonces, permitamos que la otra persona sea quien hable más.
Motivar, todo el mundo vemos
satisfechas nuestras necesidades en la vida, menos una, el deseo de ser grande;
de ser importante, de ser apreciado; hay que satisfacer sinceramente este deseo de importancia en los demás tratando de que la otra persona se sienta
importante, no importa la situación de que se trate, hay que hacerles sentir que
reconocemos su importancia; el
uso de elogios en lugar de críticas es básico para motivar, en sicología se
llama reforzamiento de una conducta, utilizando el elogio sincero, se reforzará
lo bueno que hace la gente. No es fácil, cuando estamos acostumbrados a ver
solo las cosas negativas; y en ocasiones es difícil encontrar algo que elogiar,
si conseguimos encontrarlo, vamos a aprovecharlo, a todos nos agrada ser
elogiados, pero solo cuando el elogio es específico y sincero, no algo que la
otra persona puede estar diciendo sólo para hacemos sentir bien.
Todos anhelamos aprecio y reconocimiento, pero nadie quiere mentiras ni
adulación fingida; no se trata de cambiar a la gente, se trata de motivar, de inspirar
a aquellos con quienes entramos en contacto para que descubran las capacidades
que poseen.
No criticar ni discutir, la crítica pone a las personas a la defensiva, y hace
que traten de justificarse y de criticarnos también; lastima el orgullo personal,
hiere el sentido de importancia y despierta resentimientos; en lugar de criticar,
tratemos de comprender por qué actúan de determinada forma, es más provechoso;
cualquiera puede criticar y quejarse, la mayoría lo hacemos; pero se necesita carácter
y dominio de sí mismo para controlarse, entender y no criticar.
Cuando alguien comete un error se siente tan mal que hacérselo notar no
traerá ningún beneficio, y menos si lo hacemos frente a otros, esto tendrá
siempre un efecto negativo, aun así, si fuera necesario llamar la atención a alguien, es
siempre conveniente hacerlo a solas, sin testigos.
Cuando se detectan errores, es una buena oportunidad para plantearlo de manera diferente a como
normalmente lo hacemos, agradecer al grupo por su trabajo y esfuerzo, comentar
que no es raro que alguien cometa un error, que confiamos en que no se volverá
a presentar, y asegurar delante de todos, que tenemos fe en ellos, y que
sabemos que ponen lo mejor de sí.
El lenguaje corporal también es muy
importante, se puede decir a otra persona que se equivocó con una mirada, una
entonación o un gesto, y si le decimos que se equivoca, ¿creen que podremos
convencerlo de que esté de nuestra parte?
En una discusión, sólo hay un
modo de sacar la mejor parte y es evitarla, no se puede ganar en una discusión,
porque si se pierde, ya está perdida; y si se gana, se pierde también porque
se destruyen los argumentos de la otra persona, le hacemos sentirse inferior,
lastimamos su orgullo y una persona convencida contra su voluntad,
internamente sigue teniendo la misma opinión.
Cuando hablemos con alguien y tratemos de convencerlo de algo, empecemos
destacando, y sigamos destacando, las cosas en las que estamos de acuerdo;
sigamos reforzando, que tenemos el mismo fin y que la única diferencia es de
forma y no de fondo. A nadie le gusta sentir que lo obligan a hacer algo, nos gusta que se tomen en cuenta nuestros deseos, necesidades,
ideas; que nos tengan bien comunicados
Reconocer cuando nos equivocamos, es mejor decir nosotros mismos todas las cosas negativas que sabemos están pensando o quieren decir otras
personas, y decirlas a la primera oportunidad; “Señor, si lo que dice usted es cierto, la culpa
es mía y no hay excusas, estoy muy apenado por lo que ocurre”; esto evita la actitud defensiva, y frecuentemente ayuda a resolver los
problemas; cualquiera trata de justificar sus errores, casi todos lo hacemos,
pero quien los admite da un gran paso en la solución de los mismos. Si estamos
equivocados, hay que admitirlo.
El mensaje
de los dos puntos anteriores no trata sobre cómo evitar la confrontación, trata
de hacernos reflexionar en que si, en toda confrontación, nos concentramos en
buscar los hechos y encontrar soluciones, en lugar de buscar culpables, y lo
hacemos de la forma en que se aconseja, todos saldremos beneficiados en el
proceso.
Existen
muchas otras habilidades para lograr una buena interacción con las personas,
pero creo que si alguien tiene un auténtico interés por la gente, los desarrolla
y confía en ellos, no tendrá ningún problema en ganarse el respeto, la confianza
y lealtad de aquellos a quienes dirige.
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